Cómo se vive el Halloween en Perú

Cómo se vive el Halloween en Perú

Halloween, celebrado el 31 de octubre, es una festividad de origen celta que ha trascendido fronteras y culturas a lo largo del tiempo. En Perú, al igual que en muchos otros países de América Latina, esta festividad ha ganado popularidad en las últimas décadas, adaptándose a las particularidades culturales del país y coexistiendo con las tradiciones locales. Aunque históricamente no es una celebración autóctona, el Halloween en Perú se vive con gran entusiasmo, especialmente en las zonas urbanas. A continuación, exploramos cómo esta festividad se ha integrado en la vida cotidiana de los peruanos, las costumbres que han surgido en torno a ella y cómo se compara con las festividades tradicionales del país.

 

Origen y expansión del Halloween en Perú.

 

Halloween tiene sus raíces en el festival celta de Samhain, una celebración que marcaba el final del verano y el comienzo de la temporada oscura del año. Con el tiempo, la festividad fue asimilada por el cristianismo y se convirtió en la víspera de Todos los Santos. Sin embargo, fue en Estados Unidos donde Halloween adquirió su forma moderna, caracterizada por disfraces, decoraciones espeluznantes, y el famoso "dulce o truco". A través de la influencia cultural estadounidense, especialmente mediante el cine, la televisión y la globalización, Halloween ha llegado a numerosos países, incluido Perú.

 

En Perú, Halloween comenzó a celebrarse de manera más visible en la década de 1980, cuando se popularizó en colegios y clubes sociales. Aunque inicialmente fue visto como una "fiesta importada", su carácter lúdico y festivo la hizo atractiva, especialmente para los jóvenes y los niños. Hoy en día, Halloween es una de las fechas más esperadas del año, particularmente en las zonas urbanas del país, como Lima, Arequipa, y Trujillo, donde se organiza una amplia variedad de eventos y actividades para todas las edades.

 

Disfraces y fiestas temáticas.

 

Uno de los aspectos más destacados de Halloween en Perú es el uso de disfraces. Desde los más tradicionales, como brujas, vampiros y fantasmas, hasta personajes de películas, superhéroes y figuras de la cultura popular, los disfraces juegan un papel central en la celebración. Tiendas especializadas en disfraces y accesorios ven un aumento significativo en sus ventas durante el mes de octubre, y muchas personas pasan semanas planificando su atuendo perfecto para las fiestas y eventos que se organizan.

 

Los clubes nocturnos y bares en las principales ciudades de Perú también aprovechan Halloween para organizar fiestas temáticas. Estos eventos suelen incluir concursos de disfraces, música en vivo y una atmósfera decorada con calabazas, telarañas y luces tenues para recrear la estética espeluznante asociada a la festividad. Las fiestas de Halloween para adultos suelen ser muy populares, atrayendo a personas que buscan disfrutar de una noche diferente y fuera de la rutina.

 

Además, en los últimos años ha crecido la costumbre de organizar eventos comunitarios en condominios y barrios residenciales. Familias enteras se disfrazan y participan en actividades como el "dulce o truco", donde los niños recorren las casas del vecindario recolectando golosinas. Esta tradición, aunque inspirada directamente en el modelo estadounidense, se ha vuelto una parte importante de cómo se vive Halloween en Perú.

 

Dulces y decoraciones.

 

El "dulce o truco" (conocido en inglés como trick or treat) es una tradición que ha sido bien recibida por los niños peruanos. Cada vez más familias participan en esta actividad, decorando sus casas con calabazas, esqueletos y luces tenebrosas para recibir a los pequeños en busca de golosinas. Las urbanizaciones y barrios cerrados suelen ser los lugares más propicios para esta actividad, ya que garantizan mayor seguridad y un ambiente festivo.

 

En cuanto a las golosinas, tiendas y supermercados ofrecen una gran variedad de productos temáticos, desde chocolates con formas de calaveras hasta caramelos envueltos en papeles decorados con fantasmas y brujas. Esta es una de las épocas del año en las que las ventas de dulces aumentan considerablemente, y tanto los pequeños negocios como las grandes cadenas de supermercados lanzan promociones especiales para aprovechar la demanda.

 

Halloween vs. Día de la Canción Criolla.

 

Una peculiaridad de cómo se vive Halloween en Perú es que comparte fecha con una festividad nacional: el Día de la Canción Criolla, que se celebra también el 31 de octubre. Esta es una celebración que rinde homenaje a la música criolla, un género tradicional que mezcla influencias españolas, africanas e indígenas, y que es una parte integral de la identidad cultural peruana. Durante el Día de la Canción Criolla, se organizan conciertos, peñas y reuniones familiares donde se interpreta música criolla y se degustan platos típicos.

 

La coexistencia de estas dos celebraciones ha generado debates sobre la posible pérdida de las tradiciones locales frente a la influencia extranjera. Algunos críticos argumentan que la creciente popularidad de Halloween podría opacar la importancia del Día de la Canción Criolla, especialmente entre las generaciones más jóvenes. Sin embargo, muchas personas en Perú ven ambas festividades como complementarias, y no es raro encontrar familias que celebren ambas el mismo día, comenzando con una reunión familiar en honor a la música criolla y luego asistiendo a fiestas de Halloween por la noche.

 

Adaptaciones culturales.

 

Aunque Halloween en Perú sigue el modelo estadounidense en muchos aspectos, también ha desarrollado sus propias particularidades. En algunas zonas rurales y comunidades tradicionales, por ejemplo, se mezclan elementos de Halloween con las creencias locales sobre la muerte y el más allá. Esto es especialmente visible en las regiones andinas, donde se rinde homenaje a los muertos con ofrendas de comida, bebidas y música, creando una fusión entre Halloween y las tradiciones de Todos los Santos.

 

Además, en algunas zonas del país, Halloween coincide con las festividades de Todos los Santos y Día de los Muertos, fechas en las que las familias peruanas suelen visitar los cementerios para honrar a sus seres queridos fallecidos. Aunque estas tradiciones son diferentes de Halloween, comparten el tema común de la relación con los muertos y el más allá, lo que ha permitido que algunas comunidades adapten Halloween a sus propias costumbres.

 

Controversias y aceptación social.

 

A pesar de la popularidad de Halloween en Perú, la festividad no está exenta de controversia. Algunos sectores de la sociedad, especialmente aquellos con raíces religiosas más conservadoras, critican la celebración de Halloween por considerarla una festividad pagana y ajena a las tradiciones cristianas. Estos críticos suelen argumentar que Halloween promueve el ocultismo y que distrae a las personas de las festividades religiosas de Todos los Santos.

 

Sin embargo, en general, Halloween ha sido bien recibido por la mayoría de los peruanos, especialmente en las ciudades. Para muchas personas, la festividad es simplemente una oportunidad para divertirse, disfrazarse y disfrutar de una noche diferente, sin implicaciones religiosas o culturales profundas. Además, la globalización y la creciente influencia de los medios de comunicación internacionales han hecho que Halloween se perciba como una celebración moderna y cosmopolita.

 

Halloween en Perú es una mezcla de tradiciones importadas y costumbres locales que refleja la capacidad del país para adaptarse a las influencias extranjeras sin perder su identidad cultural. Aunque es una festividad que sigue siendo relativamente nueva en comparación con otras tradiciones peruanas, Halloween ha encontrado un lugar en el corazón de las personas, especialmente en las zonas urbanas. Ya sea a través de disfraces, fiestas temáticas o la simple recolección de dulces, Halloween ha logrado consolidarse como una de las celebraciones más esperadas del año en Perú, conviviendo con el Día de la Canción Criolla y las tradiciones de Todos los Santos.

 

Sin duda, Halloween en Perú seguirá evolucionando, adaptándose a las nuevas generaciones y encontrando su propio camino en la rica y diversa cultura del país.